La exposición The Mystery Man realiza un exhaustivo repaso por las investigaciones de las que ha sido objeto la Sábana Santa. Una de las más relevantes fue la del Carbono 14, realizada a finales de los años 90.
En el año 1998 se extrajeron 8 centímetros de una esquina de la Sábana Santa para su análisis por tres laboratorios independientes. Cada uno de esos laboratorios concluyó una datación distinta para el trozo de tela que se le asignó. Lo sorprendente es que conforme la muestra era más cercana al centro de la Sábana Santa más antigua era la datación. La Revista Nature concluyó que el nivel de significación o fiabilidad de las muestras de referencia en la Sábana Santa era demasiado bajo, de un 5 sobre 100, por lo que no era representativa para su estudio.
En 8 centímetros que medía la muestra total extraída de la Sábana Santa, la tela envejecía 130 años de edad, lo que confirma su poca representatividad y que la muestra podría haber sufrido una contaminación.
El científico Ray Rogers certificó que hay remiendos de algodón en la Sábana Santa, también en la zona del corte elegido para la muestra.
En 1996 el doctor Garza Valdés encontró contaminación bacteriana y microbiana. Una bacteria y hongos que distorsionaban la datación, como lo ocurrido en momias encontradas donde la tela exterior por exposición a contaminación medioambiental proporcionaba hasta 1.000 años de diferencia al cuerpo al que envolvía.
De hecho, el propio Doctor Harry E. Gove, co-inventor de la moderna técnica de datación del Carbono 14, ante estos hechos declaró textualmente: “Tras lo demostrado por Valdés no hay modo alguno en el que los científicos que realizaron las pruebas de datación mediante el Carbono pudieran establecer con total exactitud la fecha de origen del material de la Sábana porque no pudieron retirar las baterías de la película bio-plástica”.
Aunque la prueba no sería válida estos datos jamás trascendieron a la opinión pública que dio por zanjado el caso de la Sábana Santa con la datación del Carbono 14. Sin embargo, la duda dejó dividida a la comunidad científica. ¿Pudo fallar el carbono 14? ¿Pudo la Sábana existir antes y permanecer oculta por ser un objeto funerario?
Son muchos los historiadores que piensan que de existir una mortaja o sudario de Jesús con su imagen grabada, de haber sido encontrada por los apóstoles al llegar al sepulcro y verlo profanado, la habrían guardado y escondido.
En los años 70, el investigador Ian Wilson propuso una hipótesis para explicar por qué la Sábana pudo estar oculta durante los primeros siglos. ¿Por qué surgió la tradición de poner la imagen de Jesús en una tela? La Biblia jamás describe el aspecto físico de Jesús de dónde viene su imagen, y si la Sábana Santa tuvo otro nombre: el mandylion.