Los intentos por descubrir si la Sábana Santa verdaderamente cubrió el cuerpo de Jesús se han sucedido a lo largo de los siglos. Y es una incógnita que permanece todavía hoy.
Una de las mayores investigaciones de la historia hasta el momento tuvo lugar en 1978 por un grupo de científicos especializados en 33 ramas distintas. Físicos, químicos, hematólogos, forenses se unieron en un grupo llamado STURP, que corresponde a las siglas de “Shroud of Turin Research Project”, es decir, Proyecto de investigación de la Sábana de Turín.
Sus líneas de investigación se centraban en identificar si la sangre era humana y cómo se formó la imagen que contiene.
El STURP contaba con un presupuesto de dos millones de dólares y consiguió enviar desde Estados Unidos hasta Turín (Italia) material científico tremendamente delicado, pero necesario para el estudio de la sábana.
Este grupo tuvo a su disposición la Sábana Santa durante 5 días, es decir, 120 horas que fueron aprovechadas al máximo.
Una religiosa clarisa fue la encargada de retirar la seda roja que protegía la Sábana Santa. En ese momento descubrieron que ésta estaba sujeta al tablero con unas chinchetas que habían dejado una marca de óxido.
En ese momento el STURP comprendió que el objeto de estudio ya estaba contaminado. Sin embargo, los científicos apuraron el tiempo ante la Sábana Santa para desarrollar las pruebas previstas y posteriormente dedicaron más de 15.000 horas de evaluación y desarrollo de las pruebas antes de publicar el informe final de las mismas. Algo que realizaron tres años después, en 1981.
Concluyeron que la sangre presente en la Sábana sí es humana, de tipo AB. Sin embargo, sobre la formación de su imagen no pudieron concluir nada. No contiene pigmento, tinte o químicos, por lo que nada conocido parece haber formado la imagen. Además también concluyeron que no era una falsificación, porque no sabrían cómo poder reproducirla con la técnica actual.
De hecho, la Sábana Santa cuenta con 9 características que la hacen infalsificable e irrepetible:
Superficialidad, ausencia de pigmentación, no direccionalidad, estabilidad térmica, estabilidad hidrológica, estabilidad química, pormenorización, negatividad y tridimensionalidad.
Ésta última; la tridimensionalidad, es una de las características más sorprendentes especialmente tras el estudio realizado por el JLP, Jet Propulsion Laboratory, organismo dependiente de la NASA, que concluyó el relieve exacto de un cuerpo y rostro humano.