La festividad de la Sábana Santa se celebra el 4 de mayo, es decir, el día después de la celebración de la Santa Cruz, que se conmemora el 3 de mayo.
En el año 1506, el Papa Julio II concedió a través de una bula la fiesta litúrgica, con misa y oficio propio. Esto permitía la veneración pública de la Sábana Santa.
La Síndone ha atravesado numerosísimas vicisitudes hasta llegar a su actual ubicación en la capilla de Turín. La devoción y el culto a la Sábana Santa nos recuerdan a Jesús y en este caso, a su Pasión, Muerte y Resurrección y nos invitan a una reflexión profunda sobre el significado de éstos en nuestra vida.
En los textos litúrgicos que se utilizan en la Catedral de Turín, que fueron aprobados por la Conferencia Episcopal Italiana, se destaca en la oración colecta: “Oh Padre, que has glorificado a tu Hijo Jesucristo, en su bendita pasión y lo has constituido Señor en su resurrección de entre los muertos; concédenos contemplar la gloria de su rostro a nosotros que veneramos su imagen, representada en la santa Síndone”.
Y en la antífona antes de la comunión el sacerdote afirma: “Tu rostro buscaré, Señor; no me escondas tu rostro”.
Hay que tener en cuenta que para la conmemoración de la festividad de la Síndone en otros lugares, se debe pedir permiso al ordinario del lugar y también contar con traducciones y textos litúrgicos oficiales.
